Por: Leonardo Gutiérrez Giraldo – Coach y consultor internacional
Cada vez con mayor frecuencia oímos hablar del niño interior, hasta el punto que se ha vuelto un escenario común para muchas actividades, si vamos a hablar de creatividad, le pedimos a las personas permitir que su niño interior aflore; si se trata de ser felices, sugerimos que le permitamos al niño interior actuar por nosotros, e incluso, nos proponen con frecuencia sanar al niño interior, llegando a la conclusión errada, de que todo lo que tenga que ver con diversión, creatividad, perder la cordura, etcétera, es activar al niño interior.
En realidad, cuando hablamos del niño interior, estamos hablando de un enorme cúmulo de creencias potencializadoras algunas, y limitantes otras, que tuvieron su origen en nuestra niñez, mandatos que cada uno de nosotros aprendió y definió como verdades absolutas durante la infancia, las cuáles tienen carácter de precepto y por consiguiente, repetimos durante toda la vida sin ningún tipo de cuestionamiento, porque en últimas, son nuestra propia verdad y moldean nuestra realidad. El niño interior no es un ente o un lugar dentro de nosotros, es la definición de quienes somos, cuáles son nuestras cualidades y oportunidades, y cómo operamos en el mundo para obtener los resultados que buscamos; lo que sucede como resultado de esta situación, es que algunas personas son más proclives a obtener o dejar de obtener ciertas cosas según sus propias creencias; es, en síntesis, nuestra propia esencia.
Este acervo de experiencias incluye aquellas situaciones en las cuales fuimos vulnerables o nos sentimos en estado de carencia, tanto física como emocional, y también el amor que nos prodigaron, los juegos que aprendimos y los recuerdos de cada situación que nos marcó. Si cuando fuimos niños fuimos o nos sentimos abandonados, menospreciados, minimizados, etc., estos recuerdos, muchos de ellos inconscientes, determinaran la forma en que nuestro yo adulto se comporta y los resultados que obtiene en su propia vida. Estas improntas se vuelven patrones de comportamiento tan arraigados que nos llevan a vivir una vida en bucle, en el que repetimos las mismas conductas, con los mismos resultados y posiblemente, las mismas frustraciones una y otra vez, hasta tanto no tomemos consciencia de ello. Si de niños aprendimos que una situación es mala, o que cierta actividad es imposible, estaremos convencidos de ello y haremos todo lo posible en nuestra vida actual para ratificar dichas creencias.
Hace unos días, me encontré la siguiente frase en Instagram: “Todos tenemos un talento. Yo por ejemplo, nací con el don de complicarme la vida”, si bien es cierto, esta frase muestra como se manifiesta el niño interior de quien la escribió, es mas verídico, que no es un talento, no nacimos así y mejor aún, no tenemos por qué seguir haciéndolo. Basta con analizar a ese niño interior y preguntarle que necesita para superar dicha situación.
He propuesto en otras ocasiones, que actuamos en lo que coloquialmente llamamos “piloto automático”, que no es más que el dominio del inconsciente sobre nuestra parte atenta y consciente; los neurocientíficos, han ratificado lo que la PNL propuso hace ya casi cuatro décadas, sólo actuamos de manera consciente en aproximadamente el 3% al 5% de nuestro día y, un gran 97% al 95%, está regido por el “piloto automático”. ¿Te has sorprendido comiendo y en lugar de disfrutar de los sabores, texturas y aromas de los alimentos, estás estresado pensando en todo lo que debes hacer después?, ¿Caminas por la calle y antes que disfrutar de la calidez del sol, el soplo del viento o el sonido alrededor, te apuras y preocupas porque llegas tarde?; ¿Donde quedaron esos momentos mágicos que reclama y tanto disfruta nuestro niño interior y que tanto anhelamos de nuestra niñez?, ya lo decía John Lennon “La vida es lo que ocurre mientras estás ocupado haciendo planes”
Trabajar con el niño interior y solucionar o ajustar algunos de sus mandatos, requiere de apoyo y de un coach que pueda ayudarnos a tomar consciencia de situaciones que para nosotros mismos son invisibles, no obstante, puedes empezar con algunas acciones como forma de curar, pero especialmente, de liberar a tu niño interior:
¿Estas viviendo el momento a plenitud, como lo soñó el niño que primero fuiste?
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Máster Coach, Coach Profesional y Comercial
Líder Certificación Internacional en Coaching Comercial
NLP – Master International Association for NLP de Suiza
Consultor Internacional certificado por Bureau Veritas y la Universidad del Rosario
Sinergia Consultoría Empresarial
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imagenes tomadas de: <a href=”https://www.freepik.es/fotos/ninos”>Foto de Niños creado por freepik – www.freepik.es</a>
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